Urbain Grandier (1590 - 18 de agosto de 1634) fue un sacerdote católico francés que fue quemado en la hoguera tras ser condenado por brujería.
Grandier fue sacerdote en la iglesia de Sainte Croix en Loudun, en la diócesis de Poitiers. Parece ser que tuvo varias relaciones sexuales y románticas con mujeres y adquirió fama de Don Juan. En 1632, un grupo de monjas del convento local de las ursulinas lo acusó de haberlas embrujado, enviándoles el demonio Asmodeo, entre otros, para realizar actos malvados e impúdicos con ellas. Grandier fue declarado culpable a pesar de no haber confesado bajo tortura y sentenciado a muerte. Fue quemado vivo en la hoguera.
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