Con este nombre se conoce un misterioso códice manuscrito iluminado de contenidos desconocidos, escrito hace alrededor de 500 años, por un autor anónimo en una lengua y alfabeto incomprensibles.
A lo largo de su existencia constatada, el manuscrito ha sido objeto de intensos estudios por numerosos criptógrafos profesionales y amateurs - incluyendo destacados especialistas estadounidenses y británicos en descifrados de la Segunda Guerra Mundial. Todos fallaron en descifrar una sola palabra. Esta seguidilla de fracasos ha convertido al manuscrito en el Santo Grial de la criptografía histórica; pero ha también alimentado la teoría de que el libro no es más que un elaborado engaño, una secuencia de símbolos al azar sin sentido alguno.
El libro fue nombrado por el especialista en libros antiguos Wilfrid M. Voynich, quien lo adquirió en 1912. Actualmente es el ítem MS 408 en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale.
A lo largo de su existencia constatada, el manuscrito ha sido objeto de intensos estudios por numerosos criptógrafos profesionales y amateurs - incluyendo destacados especialistas estadounidenses y británicos en descifrados de la Segunda Guerra Mundial. Todos fallaron en descifrar una sola palabra. Esta seguidilla de fracasos ha convertido al manuscrito en el Santo Grial de la criptografía histórica; pero ha también alimentado la teoría de que el libro no es más que un elaborado engaño, una secuencia de símbolos al azar sin sentido alguno.
El libro fue nombrado por el especialista en libros antiguos Wilfrid M. Voynich, quien lo adquirió en 1912. Actualmente es el ítem MS 408 en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale.
El libro posee alrededor de 240 páginas de pergamino, con vacíos en la numeración de páginas (la cual es aparentemente posterior al texto), lo que sugiere que varias páginas se encontraban ya extraviadas al momento de su compra por Voynich. Una pluma fue utilizada para trazar el texto y delinear las figuras y pintura de colores fue utilizada (algo escabrosamente) sobre las figuras, posiblemente en una fecha posterior.
Dado que el alfabeto del manuscrito Voynich no se asemeja a ningún tipo de escritura conocido y el texto continúa sin ser descifrado, la única evidencia práctica de la edad y origen del libro son sus ilustraciones - especialmente los vestidos y peinados de las figuras humanas y algunos castillos vistos en los diagramas. Todos son característicamente europeos y basados en esta evidencia la mayoría de los expertos asignan el libro a la edad comprendida entre 1450 y 1520. Esta estimación es apoyada por otras pistas secundarias.
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