Pocos saben que existen (dentro de la oscura poética demonológica) demonios de la virtud, junto con otros que añoran el paraíso; demonios enamorados, amigos de los poetas (Oscar Wilde, por ejemplo) tristes, patéticos, humanos. No hablaremos de conjuros ni ritos; ya que aborrecemos la estupidez; hablaremos de los demonios en función de la poesía.
Aquellos que lo deseen están invitados a recorrer con nosotros los oscuros laberintos del infierno.
Aquellos que lo deseen están invitados a recorrer con nosotros los oscuros laberintos del infierno.
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